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Para la elaboración de nuestros aceites seguimos una estricta metodología que combina múltiples procesos, permitiéndonos alcanzar así el mejor sabor.
Todo empieza desde el cuidado y la crianza de las aceitunas. Para obtener un aceite de oliva de calidad necesitamos las mejores aceitunas. Una vez están listas, se procede a la agitación, un proceso tradicional para la recolecta de los olivos.
Obtenido el fruto, este llega a nuestras almazaras donde cuidadosamente seleccionamos el producto dependiendo de la variedad y el grado de maduración. Una vez clasificadas, las aceitunas se someten a un escrupuloso proceso de lavado y su posterior almacenamiento hasta el momento de la molturación.
La siguiente fase de molido y batido nos permite separar paulatinamente la parte solida de la parte liquida, que por el momento tiene forma pastosa, pero de la cual extraeremos el aceite.
En esta fase de la elaboración del aceite de oliva se determinara su calidad. La primera separación de aceite de la pasta obtenida previamente suele ser el aceite de mayor calidad. Este proceso se realiza mediante una cuidadosa y selectiva filtración y extracción por presión, de las cuales se obtiene como resultado el aceite de oliva.
Una vez obtenido y filtrado para extraer cualquier residuo solido que el producto pueda contener, se procede a su almacenamiento donde pierde parte de las propiedades negativas, como la amargura, mientras obtienen otros matices que potencian su sabor.
Nuestro cuidado de los detalles nos permite llevarte la mejor gama de productos.